
saber que yo he sufrido
Tu castigo será
verme sufrir
Serás quién,
desde la otra orilla,
me extienda su mano
sobre el abismo
Para que yo la rechace
y la vue
cuando
él le pertenece a ella
y ella pertenece al pasado.
y las risas, los gritos y los reclamos,
esos no pertenecen a nadie,
esos se los regalo.
él la ve con ojos llorosos,
ella ya no lo mira, pero se acuerda de él por unas fotos,
unas fotos viejas que se han ido desgastando
igual que las promesas de amor eterno que se perdieron con los años.
ella esta cansada y aburrida,
él esta mirándola y casi no ve nada
¿de qué se habrá enamorado?
¿por qué ella se ve como el humo?
¿por qué él se pasa la vida inventando?
guardar silencio.
a veces debería guardar silencio,
callar lo que veo, lo que escucho,
voltear la cara y no darme cuenta;
volver a mis oídos ciegos, y a mis manos mudas,
a mi lengua un trapo y a mi corazón de mármol.
tendría que atar mis pasos, quemar mis ojos,
pero resulta que no puedo.
no vivo por pasar el rato
ni acumulo ideas para ser más sabio
ni me grabo lo que escucho para repetirlo solo,
siempre a solas, bien alto.
peleé con algunos por lo que hago,
un día crecieron notas de mis dedos
y fueron otros los que las tocaron,
me propuse extrañar tan sólo en un horario.
hablo de amor porque lo busco,
intento comprenderlo y no me es fácil.
evito la intelectualidad tanto como puedo
y me aburro como nunca con quien me toma por eso.
pasa que no estoy listo,
nunca estoy listo,
y todo me sorprende y me provoca.
me extrañan tanto los aplausos
como los abucheos.
yo no espero otra cosa que no sea entendimiento,
dejar una semilla curiosa que germine con el tiempo.
estoy jugando, es cierto,
pero es que alguien se robó mi infancia cuando todavía era mía
y no por eso crezco,
y no por eso grito.
grito porque me divierte ver saltar asustados a mis delirios.
a veces cuando salgo, camino un largo rato
sin rumbo fijo, me detengo en los jardines,
me siento en las banquetas y fumo un poco
mientras escribo mentalmente cosas que luego me olvido.
esa es mi vida, cazar ideas,
soñar despierto y casi siempre hablar dormido
y de vez en cuando,
cuando estoy de suerte,
hablar contigo.